BEPPO Y VILLA DEL RIO

JUAN CALLEJA 28/02/2005 www.diariocordoba.com

Freda Clarence Lamb ´Beppo´, nació en Londres el 22 de junio de 1899 y falleció en Madrid el 5 de febrero de 1989. Allá por los años 30 se casó en París con el pintor tunecino Abdul Wahab, tomando desde entonces el nombre de Freda Abdul Wahab.

Beppo fue una mujer entrañable para los que vivían la vida artística y cultural madrileña. Su presencia era habitual en el Café Gijón, y con su agudo sentido de la crítica y locuacidad se hacía indispensable y querida por quienes frecuentaban esos ambientes. El cante flamenco le encantaba, y le seducía de tal manera que pasaba las horas dejada caer sobre el mostrador de Gayango con un cigarrillo entre los dedos y un vaso de vino tinto en la mano; yo le acompañaba a menudo a esta taberna madrileña, donde Beppo era una institución. Allí conocí con ella, entre otros ilustres cantaores, a Pepe de la Matrona y a Rafael ´El Gallina´. Estar con ella era una delicia, oírle sus relatos en su peculiar castellano, cuyos tacos los decía tan elegantemente que parecían cumplidos. Beppo era una mujer libre. ¡La chica más libre de París había cazado y domesticado a un moro...! decía Pedro Beltrán, relatando su vida en el París de los veinte. Fue gran amiga de Modigliani --posó como modelo--, del escultor Brancusi, de Pascin, de Soutine, y del pintor Van Dogen. Esta mujer se caracteriza por el gran talento que tuvo para el arte de vivir; siendo su propia vida su mejor obra. Beppo amaba y era feliz. Era feliz leyendo un libro, en una tertulia con los amigos oyendo flamenco... Amaba la naturaleza, las personas y cosas que tenía a su alrededor. A Beppo le apasionaba las personas sencillas y sobre todo la naturaleza. Pintaba unos paisajes con una belleza y dulzura difícil de definir. El olivo era su tema principal, los pintaba como con aire, los pintaba "en vivo", en los olivares de Montoro, Beas de Segura o Lérida.

El día antes de su muerte mantuve una larga e inolvidable conversación con Beppo. Me volvió a recordar gente de mi pueblo, a Jesús Montes, Juan Solís, El Míster, Don Juan, el cura, José Luis Mañas, Elvira, Paco Espino (de Montoro), Jacinto Mañas y otros. Pero especialmente a Pedro Bueno; me preguntó por su salud: ¡nunca me llama!, decía, "pero es un gran amigo, yo sé que se acuerda de mí". Efectivamente, Pedro Bueno era un gran amigo de Beppo, fue su protector económico en los años difíciles, bajo cuerda, para que no se sintiera ofendida.

"Juan --me decía--, tú sabes cuáles son mis deseos; yo quiero mucho a Villa del Río, y deseo que mis pinturas estén allí...". Fui depositario de su legado, y siempre ha permanecido en mí el deseo de donarlo al Ayuntamiento de Villa del Río. En este legado se incluyen las obras de Beppo, su esposo Abdul Wahab y otros, según protocolo notarial en el que se manifiesta los deseos de la artista. Para llevar a cabo su voluntad se han ofrecido estas obras para su exposición al Ayuntamiento de Villa del Río, 1989, Caja Provincial de Ahorros de Córdoba, 1989, Diputación de Córdoba, 1991, y Cajasur, 1997. Todas las entidades agradecieron el ofrecimiento, pero declinaron su aceptación al no disponer de lugar para exposición permanente.

También se han realizado distintas exposiciones en Córdoba y Villa del Río. Desde el pasado año se dispone en Villa del Río de un lugar idóneo para cumplir los deseos de Beppo, me refiero al Centro Cultural Casa de las Cadenas. En gratitud a esta donación, el Ayuntamiento acepta la obligación de crear una exposición permanente en el citado centro cultural. Igualmente, en la escritura de donación se recoge que se facilitará el tráfico del legado de Beppo para su exposición en otros lugares de España y el extranjero. También se creará un patronato o fundación para la difusión y divulgación de las obras. Sería deseable que en esta institución se integraran todas las personas interesadas y que hubiesen tenido relación con Beppo.

Es para mi motivo de satisfacción ver realizados los deseos de Beppo. Mi agradecimiento a todas las personas del entorno de Beppo, por su ayuda y colaboración para llevar a cabo su voluntad, pero de forma muy especial a la asociación cultural Pedro Bueno Paleta Azul, la Escuela de Bellas Artes de Córdoba, Diputación, Gráficas Galán y foto-vídeo Kitoli por su patrocinio y colaboración. También mi agradecimiento al notario de Villa del Río, Lino Sánchez-Cabezudo, por el importante trabajo realizado en la elaboración de las escrituras, hecho de forma altruista por tratarse de un asunto de interés social. Es oportuno agradecer también a la Fundación Rafael Botí su interés por esta importante obra que ha motivado, en colaboración con el Ayuntamiento de Villa del Río, la organización de una exposición itinerante en Villa del Río, Córdoba, Madrid, París y Túnez.

Ojalá, y que sea más temprano que tarde, la obra de nuestro insigne y gran pintor Pedro Bueno siga los mismos pasos que la de su amiga y protegida Beppo.

Y por último, mi agradecimiento más sincero a Serafín Pedraza, delegado de Cultura de la Diputación Provincial, y a sus colaboradores Diego Ruiz, Mónica Carabias y Jaime Brihuega; y también al Ayuntamiento de Villa del Río, por su sensibilidad en este asunto y llevar a cabo los deseos de Beppo, que estoy seguro es el mayor homenaje que se le podía rendir.