Dentro de la arquitectura civil de Villa del Río hay que destacar en los restos del antiguo castillo medieval. Esta fortaleza de asistí en época musulmana, siendo conquistada por Fernando III antes de la toma de Córdoba. Quedó sujeta a la jurisdicción de esta ciudad, aunque en la 2ª mitad del siglo XV y pasa poder de Fernán Pérez de monte mayor, realizando entonces importantes obras que le dieron su configuración definitiva. Después volvió a la ciudad de Córdoba, hasta que 1531 se formó en ella la parroquia de San Pedro, perteneciendo en este uso durante cuatro siglos. Hoy, según quedó indicado (ver arquitectura religiosa), alojan dependencias municipales, denotando su primitiva función de fortaleza los dos grandes torreones prismáticos de piedra que quedan ambos extremos del edificio. La torre occidental conserva una portadita gótica, arco apuntado de marcadas dovelas, arrancando de molduras góticas. Junto al castillo se localiza el antiguo Ayuntamiento, erigido para 1889.
Además de estos edificios principales, hay que reseñar diversas casas señoriales de los siglos XVII, XVIII y XIX, todas ellas emplazadas en las principales vías de la población. Así, en la calle Blas Infante, el número 9 se corresponde con una casa enriquecida comporta de piedra del Seiscientos, que ofrece el característico el esquema adintelado con fragmentos de frotón recto que hacen de asiento a unos escudos, también del siglo XVII. Más adelante, en esta misma calle y en la de Pablo Picasso, se conservan otras casas blasonadas, pero con escudos de decoración rococó del siglo XVIII. De esta misma centuria es un inmueble de la plaza de la Constitución (foto izq), frente al Ayuntamiento. Se trata de una bella muestra de arquitectura popular, balcón central encuadrado por fragmentos de frontón y otro en esquina, muy curioso por su pilar de sostén y los herrajes curvos que posee.
A continuación, pasada ya la parroquia nueva de la Inmaculada Concepción, se emplaza la más monumental casa señorial de Villa del Río, que se fecha en 1817. Pertenece al marqués del Valle de Sidueñas (foto drc) y presenta dos cuerpos y pretil de remate, ofreciendo paramentos enlucidos y elementos arquitectónicos en ladrillo visto. Ennoblece su fachada parejas de pilastras almohadilladas, que articulan los salientes de los extremos. La portada de piedra, algo descentrada, es una bella muestra de arquitectura neoclásica, con arcos de medio punto flanqueado por columnas dóricas, entablamento con triglifos y balcón superior provisto de pilastras y columnas jónicas. En relación con esta portada hay otra más sencilla en la calle Alta. Deben reseñarse, además, diversas mansiones del siglo XIX, de noble y bien compuesta fachada, que se localizan igualmente en las calles principales, particularmente en los alrededores de la plaza de la Constitución y en las calles que parten de ella.
J.R.C.
Además de estos edificios principales, hay que reseñar diversas casas señoriales de los siglos XVII, XVIII y XIX, todas ellas emplazadas en las principales vías de la población. Así, en la calle Blas Infante, el número 9 se corresponde con una casa enriquecida comporta de piedra del Seiscientos, que ofrece el característico el esquema adintelado con fragmentos de frotón recto que hacen de asiento a unos escudos, también del siglo XVII. Más adelante, en esta misma calle y en la de Pablo Picasso, se conservan otras casas blasonadas, pero con escudos de decoración rococó del siglo XVIII. De esta misma centuria es un inmueble de la plaza de la Constitución (foto izq), frente al Ayuntamiento. Se trata de una bella muestra de arquitectura popular, balcón central encuadrado por fragmentos de frontón y otro en esquina, muy curioso por su pilar de sostén y los herrajes curvos que posee.
A continuación, pasada ya la parroquia nueva de la Inmaculada Concepción, se emplaza la más monumental casa señorial de Villa del Río, que se fecha en 1817. Pertenece al marqués del Valle de Sidueñas (foto drc) y presenta dos cuerpos y pretil de remate, ofreciendo paramentos enlucidos y elementos arquitectónicos en ladrillo visto. Ennoblece su fachada parejas de pilastras almohadilladas, que articulan los salientes de los extremos. La portada de piedra, algo descentrada, es una bella muestra de arquitectura neoclásica, con arcos de medio punto flanqueado por columnas dóricas, entablamento con triglifos y balcón superior provisto de pilastras y columnas jónicas. En relación con esta portada hay otra más sencilla en la calle Alta. Deben reseñarse, además, diversas mansiones del siglo XIX, de noble y bien compuesta fachada, que se localizan igualmente en las calles principales, particularmente en los alrededores de la plaza de la Constitución y en las calles que parten de ella.
J.R.C.