(José Luis Lope y López de Rego; Académico de la Real Academia de Córdoba, 1994)
Fuente: Revista de Feria de 1994
Además de la efemérides del quinientos aniversario de la aparición de la Virgen de la Estrella, que celebramos en 1995, los villarenses tenemos la deuda y el deber de redesembrar y conocer la venerable figura y la verdadera dimensión del Padre Luis, que el año que viene (1995) hará trescientos años de su llegada a Aldea del Río para ocupar la vicaría de la parroquia de Ntra. Sra. De la Concepción, hoy sede del Ayuntamiento.
El Padre Luis Pérez Ponce había nacido en Villafranca de Córdoba a finales de noviembre del año 1666 en el seno de una familia acomodada.
Sus padres, Bartolomé Sánchez Botijón e Isabel Fernández de Lázaro tuvieron dos hijos más, Juan y Marina.
Fue educado según nos cuenta su biógrafo el padre Jerónimo Vilches, "con cuidado y esmero, instruyéndole en la doctrina cristiana y procurando inclinarle ala observación de los preceptos divinos".
En dicha Villa aprendió las primeras letras así como unos elementales conocimientos de gramática.
Pronto prendió en él, la vocación religiosa y marchó a Córdoba al Colegio-Seminario de Santa Maria de Gracia, donde tenía un tío carnal de la Orden de Predicadores de los Dominicos del convento de San Pablo, quienes a la sazón regían dicho colegio-seminario, y allí estudió teología y filosofía.
Después de residir durante algún tiempo en el Palacio Episcopal paje del Cardenal Don Pedro de Salazar y Góngora es ordenado sacerdote por el mismo pelado en 1692.
Al año siguiente de 1693, lo nombra teniente de recto de la parroquia de Villafranca, cargo en el que permanece hasta el año 1695 en el que es trasladado a la vicaría de Aldea del Río.
Fue nombrado comisario en el Santo Oficio de la Inquisición.
Estuvo en la Aldea desde 1695 hasta el año 1712, diecisiete años de intensa e incansable labor de caridad cristiana, entrega a los necesitados y enfermos incurables, recogiendo a los pobres abandonados, y enseñando gratuitamente la doctrina, leer y escribir y las labores femeninas a las hijas de los jornaleros o obreros sin recursos económicos, relegadas a la más completa ignorancia y al más absoluto abandono.
Su labor apostólica en la Aldea fue encomiable, organizando misiones, autos de fe, catequesis.
Fundó la capilla de Ntra. Sra. De la Aurora, que era la mejor de la parroquia, así como instituyó la cofradía, en la que se inscribieron muchos hermanos, que todos los días de fiesta salían al amanecer rezando el rosario de la aurora por las calles.
Restauró a sus expensas la Iglesia de Ntra. Sra. de la Concepción, la estofó con artísticas pinturas y decoraciones, como hoy se observan en el salón de actos del Ayuntamiento, en el intradós del arco procesional recoyente a la plata, así como mandó hacer lámparas y candelabros de plata.
Al entrar la noche, en la capilla que labró a Ntro. Padre Jesús Nazareno en la Calle Alta, estableció todos los días la oración de vísperas, y al toque de campanas, acudían muchísimas personas para acompañarle durante media hora, en la oración espiritual y rezos que él dirigía.
La tradición cuenta que para fomentar la piedad y la oración en las familias cristianas, costeó a sus expensas unas artísticas capillitas de madera, con imágenes de Jesús, María José y de Santos diversos, que permanecían itinerantemente dos días en cada casa, así como la colocación de unas imágenes religiosas con candilejas en las calles.
También se le atribuye la institución y organización de autos de fe, como "El Pregón de la plaza" en Semana Santa, escribiendo la célebre "sentencia" de Poncio Pilatos, que aún se canta en el pueblo, así como también el de la "Aparición de la Virgen a los segadores", en las fiestas en honor a la Virgen de la Estrella.
Este apostolado no solo se limitó a la Aldea, sino a las poblaciones más cercanas de la comarca, como las misiones del año 1709 en Montoro, donde a pesar de asistir los famosos predicadores Franciscanos, el padre Luis, conquistó la atención de todos, siendo sus sermones los de mayor concurrencia, los más conmovedores y los que motivaron más conversiones y arrepentimientos.
Voy a relatar solo dos anécdotas ocurridas en Aldea del Río, para profundizar en la personalidad y carisma del Padre Luis.
"En una ocasión, día del nombre de María, esperaban misa sentados en un escaño de la iglesia, algunos oficiales de un regimiento que pasaban por la Aldea. Advirtió el padre vicario desde el confesionario la irreverencia con que gastaban en conversación el tiempo, que debían ocupar en oración, y valiéndose de su prudencia, le mandó a una doncellita de pocos años, que fuese y se hincase de rodillas, a los pies de los soldados, y si dexban la conversación, se levantase y retirase de allí, mas si proseguían hablando, les dixese con humildad que en reverencia del día que era, pusiesen a sus bocas silencio, executose así y fue bastante para reprimir la audacia militar."
En relación con la otra anécdota, dice el padre Vilches que "era cuidadoso de que los fieles santificasen las fiestas procurando que no se estorbasen con vanos entretenimientos... y para este fin puso grandes diligencias, especialmente en Aldea del Río, lugar en el que era muy ordinario el trato y trabajo de la lana.
Convidabanse los días de fiesta, las familias más a otras, para desmotarla, carmenarla y darle otras preparaciones para el telar, en cuyas ocasiones se hacen grandes gastos y agasajos, finalizando el entretenimiento con un baile.
Para evitar estos desórdenes persuadió a la gente de que haciendo estas labores los días de la semana, les saldría más barato. De esta manera fue desterrando esta costumbre hasta extinguirla.
Pero las realizaciones más importantes del padre Luis en la Aldea fueron tres:
1º La construcción de la Ermita Capilla de Ntro. Padre Jesús Nazareno (Año 1700). 2º La fundación del colegio público de niñas educadas del mismo nombre y la fundación de la Congregación de la Beatísima Virgen María, `para atender a dicho colegio, de trascendencia no solo local, sino provincial e internacional, (Año 1704) y 3º La fundación del hospicio y del hospital de Ntro. Padre Jesús Nazareno (Año 1706)
1. Fundación de la Ermita - Capilla de Ntro. Padre Jesús Nazareno (Año 1700).
A raíz de la gran mortandad que produjeron tanto la sequía como la peste, durante el siglo XVII, en Aldea del Río, el vecindario para ser sus rogativas, había levantado una pequeña capilla a San Roque en el extraordinario, hacía poniente de la Aldea.
A la sazón, en el año 1700, reinaba en España S. M. El Rey Felipe V (1700-1746), Córdoba tenía una población de unos 30.000 habitantes, y Aldea del Río, tenía 20 vecinos o familias, es decir unos 1.000 habitantes, y tan sólo seis calles y una plaza.
En aquellos años, la capillita de San Roque, se encontraba completamente en ruinas, y dada la necesidad de reconstruirla, para atender a la numerosa población que crecía por aquel extremo, y sobre todo a las personas mayores impedidas, que vivían en esa zona de la población, pidiendo limosna por las calles y comprometiendo personalmente a todo el vecindario, consiguió reunir la cantidad necesaria, para demoler la existente, y labrar y construir en el año 1700, una ermita-capilla a Nuestro Padre Jesús Nazareno, respetando delante de la misma el atrio existente.
Para perpetuar la atención y el mantenimiento de la ermita, fundó y organizó la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que veneraba y sacaba en procesión en Semana Santa, la imagen del Cristo con al Cruz acuestas que adquirió en Granada y eran patronos los Condes del Corchedo y de las Animas.
A tal efecto, para completar y decorar esta ermita, el padre Luis viajó a la ciudad de Granada, con el hermano mayor de la cofradía Don Alonso Molleja y Salado, el mismo año de 1700, y se trajo una magnifica imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que según Rafael Ramírez de Avellano, por la gran calidad de la escultura, su autor debió ser de algún discípulo de Martínez Montañés.
Dicha escultura estaba desnuda, sin pelo para podérselo poner postizo, las manos están bien hechas, la cabeza era bastante buena, y los pies estaban bien dibujados pero toscos de modelado.
Esta imagen fue destruida en la guerra civil española de 1936.
También se trajeron a costa del vecindario, otras dos imágenes, una de María Santísima de los dolores y otra de Santa María Magdalena, que desconocemos sus paraderos.
La ermita, como hemos señalado tenía un atrio delante, es decir en la confluencia de la calle Alta con la de San Roque, donde el día 16 de Agosto, día de San Roque, y el 14 de Septiembre, día de la Exaltación de la Santa Cruz, se celebraban unas magnificas veladas.
Hacia el año 1830, la ermita ya se encontraba en avanzado estado de abandono, según Ramírez de Avellano.
2. Fundación del colegio público de niñas educadas y de la congregación de la Beatísima Virgen María (Año 1704).
El celo y la caridad del padre Luis, no tenían limites y en el año 1704, pone en marcha en la Aldea del Río, el proyecto más ambicioso de su vida, la fundación de un colegio público dedicado a la formación de la mujer.
A este sentimiento le movió, según dijo a un amigo suyo, "el ver que habiendo tantos medios para la instrucción de los varones, tantas escuelas, colegios y universidades, apenas ay una escuela fija para la enseñanza de las mujeres, cuyas almas costaron a Jesucristo la misma sangre que los hombres".
Bien creo que podrían elegirlo las mujeres como patrón de las feministas, por ser el primero que se ocupó de ellas en España.
Un buen día, el padre Luis fue a cumplimentar junto con las autoridades a un ilustre viajero, al Excmo. Sr. D. Fernando Suárez de Figuerva, Ayo del Príncipe de Asturias, Caballero de Calatrava y Marqués de Sucro, quién se detiene en al Aldea con su familia para pernoctar en el mesón y casa de postas, camino de Cádiz, y en la tertulia, el padre Luis comenta las preocupaciones y las necesidades más acuciantes de la población, y entre ellas señala la de fundar un colegio dedicado a la formación de la mujer.
El mayor escollo de la época, era que según ordenaba el Concilio de Trento, las monjas sólo podían dedicarse a la enseñanza.
La hija de los señores Marqueses, Doña María Teresa Monsiller, al oír al padre Luis, le informó de la existencia en Flandes de una institución similar a la que proponía y deseaba fundar el vicario de la Aldea, denominada Congregación a la Beatísima Virgen María, cuyas regidoras no eran religiosas, prometiéndole que se interesaría y le enviaría toda la información al respecto.
Una vez recibida dicha información y realizadas las gestiones oportunas en el Obispado de la Diócesis de Córdoba, el padre Luis dio comienzo a su gran empresa en Aldea del Río, el año 1704 fundando en su propia casa con vivienda separada la Congregación de la Beatísima Virgen María, una congregación de diez mujeres dedicadas a Dios y a tan caritativa enseñanza, que los vecinos llamaban "Beatas" o "Hermanas", así como también fundó paralela y simultáneamente la escuela pública de niñas educadas, a cargo de las beatas Isabel del Santísimo Sacramento y Marina de la Cruz, ambas de Bujalance, así como de la Beata Isabel de San José, y que a la razón todas vestían el hábito descubierto de las beatas Carmelitas.
Previamente, también había escrito en Aldea del Río, un borrador o anteproyecto, de las Reglas y Constituciones de la Congregación y del Colegio, que más arde serán aprobadas durante su estancia en Villafranca, por el obispo Don Marcelino Siuri en 1718, cuando funda el Colegio de Jesús, María y José y Santa Rosalía, de Villafranca de Córdoba.
Las Reglas y Constituciones son interesantísimas y un estudio permite conocer la organización y funcionamiento de esta singular obra guía villarrense.
Entre los capítulos más interesantes caben señalar los siguientes:
"Se han de leccionar a las niñas en la doctrina cristiana, buenas costumbres, leer, coser, laborar y si por ser esta casa una escuela pública, podrá entrar cualquier muxer que quisiere se enseñada".
"A ninguna lleven salario por ello".
Los únicos requisitos eran el haber cumplido cuatro años de edad, y no padecer enfermedad. Establecen tres niveles de enseñanza acomodados a las distintas capacidades de las alumnas, y prohíben de manera clara y tajante los castigos físicos y las ofensas a las alumnas en una época en que solían ser frecuentes.
3. Fundación del Hospicio y del Hospital de Ntro. Padre Jesús Nazareno (Año 1706)
Finalmente a requerimiento del Padre Luis, una vecina hacendada de la Aldea, Doña Ana Molleja, costeó y fundó en el año 1706, un Hospicio-Hospital, que se sostenía por la Junta de Beneficencia que dirigía el padre Luis, con la caridad de los vecinos y fundamentalmente por la obra guía que instituyó doña Ana Molleja, y que estaba constituida por "un olivar de unos seiscientos olivos y dieciocho fanegas de tierra de pan sembrar", cuyas rentas se invertirían en varias memorias y en socorrer y atender a los viajeros y transeúntes y principalmente a los pobres y enfermos del hospicio y del hospital.
El padre Luis atendía diariamente y personalmente a los pobres y enfermos, con admirable entrega y caridad cristiana, y precisamente este celo fue la causa de su muerte pues a resultar a atender a un soldado aquejado de la enfermedad del tabardillo, puso tal empeño en la curación del soldado, que este sanó, pero él fue contagiado y a los pocos meses murió en su celda, de la calle del Horno de Villafranca.
Una vez expuestas las tres grandes fundaciones del primer colegio de niñas en Aldea del Río en 1704, el padre Luis fue trasladado a Villafranca de Córdoba, el año 1712, donde también realizó un fecundo y admirable apostolado, dando todos sus bienes y fundando en el año 1717, el segundo colegio de niñas de la provincia de Córdoba, falleciendo en el año 1721, a la temprana edad de cincuenta y cinco años.
La semilla que dejó comenzó a germinar con las fundaciones provinciales de Aguilar de la Frontera (1731), Espejo (1758), El Carpio (1760), Baena (1764) y Montoro (1775).
Traspasaron los límites provinciales con la casa de Marchena (Sevilla) en 1779 y prosiguieron las fundaciones provinciales en Castro del Río (1786), P. De Córdoba (1787), Bujalance (1793) y finalmente La Rambla en 1818.
En 1919 se unieron la fundación del padre Luis Pérez Ponce, es decir la Congregación de la Beatísima Virgen María, con la fundación del padre Cosme Muñoz, que se desarrollaba en Córdoba capital y se había plasmado en el Colegio de la Piedad, naciendo de esa fundación, la actual Congregación de la R.R. Hijas del Patrocinio e María.
Hoy en día dicha congregación, ha traspasado el marco geográfico no solo provincial, regional o nacional, sino que se ha proyectado internacionalmente a otros países, tales como Bélgica, Colombia, Venezuela, etc., pudiéndose decir que aquella humilde empresa y semilla villarrense del padre Luis, ha germinado en todo el mundo.
La casa General se encuentra en Madrid, y su actual Superiora General, la madre Maria Dolores Torres Delgado, dirige la nave con el mismo carisma que les imprimieron el padre Luis y el padre Cosme, es decir con un gran espíritu de servicio, procurando el bien, la promoción y la educación cristiana de las niñas y jóvenes de las familias más sencillas.
Ya en 1712, cuando trasladaron al padre Luis a Villafranca, los villarenses debieron sentir su ausencia, pero la noticia luctuosa de su muerte el 18 de Abril de 1721 en su pueblo natal, debió conmocionar a la mayoría de los feligreses de Aldea del Río.
La huella y el recuerdo que debió dejar entre los villarenses después de toda una vida de ejemplar entrega a los pobres y necesitados, y llena de sentido, debió ser enorme.
Solo los siglos intentan borrar los hechos y las obras, pero cuando estos alcanzan la grandeza y la santidad como la del padre Luis, estas son imborrables y renacen como el ave fénix de sus propias cenizas.
Prueba del cariño, que a su vez, él sentía por los villarenses, lo demuestran sus últimas voluntades expresadas en el testamento:
"Es mi voluntad morir pobre a imitación de mi Señor Jesucristo, y así mismo en un amor muy grande a mis feligreses".
"Asimismo es mi voluntad que luego que yo fallezca, de aviso de mi muerte, uno de mis albaceas al señor vicario de Aldea del Río, para que noticie a los vecinos de ella de mi muerte, y les encargue que me recomienden a Dios por lo mucho que le he amado, y se remitan seis fanegas de trigo para que se repartan en pan amasado a los pobres de solemnidad vecinos de ella".
"Pido de todo corazón a todos los vecinos de Aldea del Río y de Villafranca, me perdonen lo mal que les he servido, y si en algo les hubiese molestado, declaro delante del Señor, ha sido por mi entrañable deseo de su salvación".
Para mí, como villarrense, ha sido verdaderamente revelador, descubrir como la providencia premió durante diecisiete años (1695-1712) a nuestros antepasados y por tanto a Villa del Río, con la presencia de un hombre excepcional de la categoría y santidad del venerable Padre Luis Pérez Ponce.
Por todo ello, sugiero desde aquí, a las autoridades municipales, la idea de dedicarle una calle o plaza, a tan relevante sacerdote, que recuerda a los villarenses las virtudes y las obras tan extraordinarias que realizó el padre Luis, en nuestro pueblo y de igual forma que hicieron los capitulares de Villafranca explique en una lápida el motivo:
"Por la obligación que esta Villa y sus vecinos debemos tener al venerable Padre Luis Pérez Ponce, fundador de la ermita de Ntro. Padre Jesús Nazareno, del Hospicio y del Hospital de igual nombre, así como del colegio público de niñas educadas, que se experimenta de la doctrina y enseñanza a todas las niñas del pueblo, no sólo en la obra de manos, sino enseñándoles las doctrina, a leer y escribir sin interés alguno". (Aldea del Río 1696-1712)
Finalmente quiero desde aquí, agradecer a mi amigo D. Luis Segado Gómez, Cronista Oficial de Villafranca, así como a la Madre Sor Concepción Osuna Ramírez, Superiora del Colegio de Jesús, María y José de Villafranca, por su incondicional ayuda y por todas las facilidades y documentos que me han proporcionado.
BIBLIOGRAFÍA:
- Vida del Venerable padre Don Luis Pérez Ponce (P.M.D. Jerónimo Vilches, Córdoba , año 1741)
- Villafranca de Córdoba. Un señorío andaluz durante la edad moderna (1549-1808). (Juan Aranda Doncel y Luis Segado Gómez, Córdoba, año 1992)
- Biografía de los Padres Cosme Muñoz y Luis Pérez Ponce. (RR. Hijas del Patrocinio de María, Madrid, año 1986)
- Documentos Fundacionales RR. Hijas del Patrocinio de María, Madrid año 1989
- Coreografía Histórico. Estadística de la provincia y Obispado de Córdoba. (Luis, María Ramírez y de las Casas-Deza; Córdoba año 1840)
- Inventario Monumental y Artístico de la Provincia de Córdoba. (Rafael Ramírez Arellano. Córdoba año 1904)
- Revista de Feria de Villafranca de Córdoba. (Coordinador: Luis Segado Gómez. Excmo. Ayuntamiento de Villafranca. Villa del Río (Córdoba) año 1993)
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Carta remitida a esta web de la Congregación Hijas del Patrocinio de María.
HIJAS DEL PATROCINIO DE MARIA.
Congregación religiosa de derecho pontificio, de fundación cordobesa, surgida en 1919, por el entonces obispo don Ramón Guillamet y Comá, de la fusión de dos ramas existentes desde los s. XVII y XVIII con finalidad similar: la educación de la niñez y la juventud, con preferencia los más necesitados, por los sacerdotes Cosme Muñoz, la de] s. XVII, y Luis Pérez Ponce, la de¡ s. XVIII, insignes ambos por su pedagogía y espíritu apostólico.
La Congregación cuenta actualmente con 17 casas: 13 en España, 1 en Bélgica y 3 en Venezuela, dos de ellas en colegios de primaria, secundaria y educación preartesanal y una de educación especial. Las 13 de España abarcan todos los niveles educativos, desde parvulario hasta COU pasando por EGB, enseñanza profesional, obras sociales, escuelas-hogar y educación especial.
Fuente: Revista de Feria de 1994
Además de la efemérides del quinientos aniversario de la aparición de la Virgen de la Estrella, que celebramos en 1995, los villarenses tenemos la deuda y el deber de redesembrar y conocer la venerable figura y la verdadera dimensión del Padre Luis, que el año que viene (1995) hará trescientos años de su llegada a Aldea del Río para ocupar la vicaría de la parroquia de Ntra. Sra. De la Concepción, hoy sede del Ayuntamiento.
El Padre Luis Pérez Ponce había nacido en Villafranca de Córdoba a finales de noviembre del año 1666 en el seno de una familia acomodada.
Sus padres, Bartolomé Sánchez Botijón e Isabel Fernández de Lázaro tuvieron dos hijos más, Juan y Marina.
Fue educado según nos cuenta su biógrafo el padre Jerónimo Vilches, "con cuidado y esmero, instruyéndole en la doctrina cristiana y procurando inclinarle ala observación de los preceptos divinos".
En dicha Villa aprendió las primeras letras así como unos elementales conocimientos de gramática.
Pronto prendió en él, la vocación religiosa y marchó a Córdoba al Colegio-Seminario de Santa Maria de Gracia, donde tenía un tío carnal de la Orden de Predicadores de los Dominicos del convento de San Pablo, quienes a la sazón regían dicho colegio-seminario, y allí estudió teología y filosofía.
Después de residir durante algún tiempo en el Palacio Episcopal paje del Cardenal Don Pedro de Salazar y Góngora es ordenado sacerdote por el mismo pelado en 1692.
Al año siguiente de 1693, lo nombra teniente de recto de la parroquia de Villafranca, cargo en el que permanece hasta el año 1695 en el que es trasladado a la vicaría de Aldea del Río.
Fue nombrado comisario en el Santo Oficio de la Inquisición.
Estuvo en la Aldea desde 1695 hasta el año 1712, diecisiete años de intensa e incansable labor de caridad cristiana, entrega a los necesitados y enfermos incurables, recogiendo a los pobres abandonados, y enseñando gratuitamente la doctrina, leer y escribir y las labores femeninas a las hijas de los jornaleros o obreros sin recursos económicos, relegadas a la más completa ignorancia y al más absoluto abandono.
Su labor apostólica en la Aldea fue encomiable, organizando misiones, autos de fe, catequesis.
Fundó la capilla de Ntra. Sra. De la Aurora, que era la mejor de la parroquia, así como instituyó la cofradía, en la que se inscribieron muchos hermanos, que todos los días de fiesta salían al amanecer rezando el rosario de la aurora por las calles.
Restauró a sus expensas la Iglesia de Ntra. Sra. de la Concepción, la estofó con artísticas pinturas y decoraciones, como hoy se observan en el salón de actos del Ayuntamiento, en el intradós del arco procesional recoyente a la plata, así como mandó hacer lámparas y candelabros de plata.
Al entrar la noche, en la capilla que labró a Ntro. Padre Jesús Nazareno en la Calle Alta, estableció todos los días la oración de vísperas, y al toque de campanas, acudían muchísimas personas para acompañarle durante media hora, en la oración espiritual y rezos que él dirigía.
La tradición cuenta que para fomentar la piedad y la oración en las familias cristianas, costeó a sus expensas unas artísticas capillitas de madera, con imágenes de Jesús, María José y de Santos diversos, que permanecían itinerantemente dos días en cada casa, así como la colocación de unas imágenes religiosas con candilejas en las calles.
También se le atribuye la institución y organización de autos de fe, como "El Pregón de la plaza" en Semana Santa, escribiendo la célebre "sentencia" de Poncio Pilatos, que aún se canta en el pueblo, así como también el de la "Aparición de la Virgen a los segadores", en las fiestas en honor a la Virgen de la Estrella.
Este apostolado no solo se limitó a la Aldea, sino a las poblaciones más cercanas de la comarca, como las misiones del año 1709 en Montoro, donde a pesar de asistir los famosos predicadores Franciscanos, el padre Luis, conquistó la atención de todos, siendo sus sermones los de mayor concurrencia, los más conmovedores y los que motivaron más conversiones y arrepentimientos.
Voy a relatar solo dos anécdotas ocurridas en Aldea del Río, para profundizar en la personalidad y carisma del Padre Luis.
"En una ocasión, día del nombre de María, esperaban misa sentados en un escaño de la iglesia, algunos oficiales de un regimiento que pasaban por la Aldea. Advirtió el padre vicario desde el confesionario la irreverencia con que gastaban en conversación el tiempo, que debían ocupar en oración, y valiéndose de su prudencia, le mandó a una doncellita de pocos años, que fuese y se hincase de rodillas, a los pies de los soldados, y si dexban la conversación, se levantase y retirase de allí, mas si proseguían hablando, les dixese con humildad que en reverencia del día que era, pusiesen a sus bocas silencio, executose así y fue bastante para reprimir la audacia militar."
En relación con la otra anécdota, dice el padre Vilches que "era cuidadoso de que los fieles santificasen las fiestas procurando que no se estorbasen con vanos entretenimientos... y para este fin puso grandes diligencias, especialmente en Aldea del Río, lugar en el que era muy ordinario el trato y trabajo de la lana.
Convidabanse los días de fiesta, las familias más a otras, para desmotarla, carmenarla y darle otras preparaciones para el telar, en cuyas ocasiones se hacen grandes gastos y agasajos, finalizando el entretenimiento con un baile.
Para evitar estos desórdenes persuadió a la gente de que haciendo estas labores los días de la semana, les saldría más barato. De esta manera fue desterrando esta costumbre hasta extinguirla.
Pero las realizaciones más importantes del padre Luis en la Aldea fueron tres:
1º La construcción de la Ermita Capilla de Ntro. Padre Jesús Nazareno (Año 1700). 2º La fundación del colegio público de niñas educadas del mismo nombre y la fundación de la Congregación de la Beatísima Virgen María, `para atender a dicho colegio, de trascendencia no solo local, sino provincial e internacional, (Año 1704) y 3º La fundación del hospicio y del hospital de Ntro. Padre Jesús Nazareno (Año 1706)
1. Fundación de la Ermita - Capilla de Ntro. Padre Jesús Nazareno (Año 1700).
A raíz de la gran mortandad que produjeron tanto la sequía como la peste, durante el siglo XVII, en Aldea del Río, el vecindario para ser sus rogativas, había levantado una pequeña capilla a San Roque en el extraordinario, hacía poniente de la Aldea.
A la sazón, en el año 1700, reinaba en España S. M. El Rey Felipe V (1700-1746), Córdoba tenía una población de unos 30.000 habitantes, y Aldea del Río, tenía 20 vecinos o familias, es decir unos 1.000 habitantes, y tan sólo seis calles y una plaza.
En aquellos años, la capillita de San Roque, se encontraba completamente en ruinas, y dada la necesidad de reconstruirla, para atender a la numerosa población que crecía por aquel extremo, y sobre todo a las personas mayores impedidas, que vivían en esa zona de la población, pidiendo limosna por las calles y comprometiendo personalmente a todo el vecindario, consiguió reunir la cantidad necesaria, para demoler la existente, y labrar y construir en el año 1700, una ermita-capilla a Nuestro Padre Jesús Nazareno, respetando delante de la misma el atrio existente.
Para perpetuar la atención y el mantenimiento de la ermita, fundó y organizó la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que veneraba y sacaba en procesión en Semana Santa, la imagen del Cristo con al Cruz acuestas que adquirió en Granada y eran patronos los Condes del Corchedo y de las Animas.
A tal efecto, para completar y decorar esta ermita, el padre Luis viajó a la ciudad de Granada, con el hermano mayor de la cofradía Don Alonso Molleja y Salado, el mismo año de 1700, y se trajo una magnifica imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que según Rafael Ramírez de Avellano, por la gran calidad de la escultura, su autor debió ser de algún discípulo de Martínez Montañés.
Dicha escultura estaba desnuda, sin pelo para podérselo poner postizo, las manos están bien hechas, la cabeza era bastante buena, y los pies estaban bien dibujados pero toscos de modelado.
Esta imagen fue destruida en la guerra civil española de 1936.
También se trajeron a costa del vecindario, otras dos imágenes, una de María Santísima de los dolores y otra de Santa María Magdalena, que desconocemos sus paraderos.
La ermita, como hemos señalado tenía un atrio delante, es decir en la confluencia de la calle Alta con la de San Roque, donde el día 16 de Agosto, día de San Roque, y el 14 de Septiembre, día de la Exaltación de la Santa Cruz, se celebraban unas magnificas veladas.
Hacia el año 1830, la ermita ya se encontraba en avanzado estado de abandono, según Ramírez de Avellano.
2. Fundación del colegio público de niñas educadas y de la congregación de la Beatísima Virgen María (Año 1704).
El celo y la caridad del padre Luis, no tenían limites y en el año 1704, pone en marcha en la Aldea del Río, el proyecto más ambicioso de su vida, la fundación de un colegio público dedicado a la formación de la mujer.
A este sentimiento le movió, según dijo a un amigo suyo, "el ver que habiendo tantos medios para la instrucción de los varones, tantas escuelas, colegios y universidades, apenas ay una escuela fija para la enseñanza de las mujeres, cuyas almas costaron a Jesucristo la misma sangre que los hombres".
Bien creo que podrían elegirlo las mujeres como patrón de las feministas, por ser el primero que se ocupó de ellas en España.
Un buen día, el padre Luis fue a cumplimentar junto con las autoridades a un ilustre viajero, al Excmo. Sr. D. Fernando Suárez de Figuerva, Ayo del Príncipe de Asturias, Caballero de Calatrava y Marqués de Sucro, quién se detiene en al Aldea con su familia para pernoctar en el mesón y casa de postas, camino de Cádiz, y en la tertulia, el padre Luis comenta las preocupaciones y las necesidades más acuciantes de la población, y entre ellas señala la de fundar un colegio dedicado a la formación de la mujer.
El mayor escollo de la época, era que según ordenaba el Concilio de Trento, las monjas sólo podían dedicarse a la enseñanza.
La hija de los señores Marqueses, Doña María Teresa Monsiller, al oír al padre Luis, le informó de la existencia en Flandes de una institución similar a la que proponía y deseaba fundar el vicario de la Aldea, denominada Congregación a la Beatísima Virgen María, cuyas regidoras no eran religiosas, prometiéndole que se interesaría y le enviaría toda la información al respecto.
Una vez recibida dicha información y realizadas las gestiones oportunas en el Obispado de la Diócesis de Córdoba, el padre Luis dio comienzo a su gran empresa en Aldea del Río, el año 1704 fundando en su propia casa con vivienda separada la Congregación de la Beatísima Virgen María, una congregación de diez mujeres dedicadas a Dios y a tan caritativa enseñanza, que los vecinos llamaban "Beatas" o "Hermanas", así como también fundó paralela y simultáneamente la escuela pública de niñas educadas, a cargo de las beatas Isabel del Santísimo Sacramento y Marina de la Cruz, ambas de Bujalance, así como de la Beata Isabel de San José, y que a la razón todas vestían el hábito descubierto de las beatas Carmelitas.
Previamente, también había escrito en Aldea del Río, un borrador o anteproyecto, de las Reglas y Constituciones de la Congregación y del Colegio, que más arde serán aprobadas durante su estancia en Villafranca, por el obispo Don Marcelino Siuri en 1718, cuando funda el Colegio de Jesús, María y José y Santa Rosalía, de Villafranca de Córdoba.
Las Reglas y Constituciones son interesantísimas y un estudio permite conocer la organización y funcionamiento de esta singular obra guía villarrense.
Entre los capítulos más interesantes caben señalar los siguientes:
"Se han de leccionar a las niñas en la doctrina cristiana, buenas costumbres, leer, coser, laborar y si por ser esta casa una escuela pública, podrá entrar cualquier muxer que quisiere se enseñada".
"A ninguna lleven salario por ello".
Los únicos requisitos eran el haber cumplido cuatro años de edad, y no padecer enfermedad. Establecen tres niveles de enseñanza acomodados a las distintas capacidades de las alumnas, y prohíben de manera clara y tajante los castigos físicos y las ofensas a las alumnas en una época en que solían ser frecuentes.
3. Fundación del Hospicio y del Hospital de Ntro. Padre Jesús Nazareno (Año 1706)
Finalmente a requerimiento del Padre Luis, una vecina hacendada de la Aldea, Doña Ana Molleja, costeó y fundó en el año 1706, un Hospicio-Hospital, que se sostenía por la Junta de Beneficencia que dirigía el padre Luis, con la caridad de los vecinos y fundamentalmente por la obra guía que instituyó doña Ana Molleja, y que estaba constituida por "un olivar de unos seiscientos olivos y dieciocho fanegas de tierra de pan sembrar", cuyas rentas se invertirían en varias memorias y en socorrer y atender a los viajeros y transeúntes y principalmente a los pobres y enfermos del hospicio y del hospital.
El padre Luis atendía diariamente y personalmente a los pobres y enfermos, con admirable entrega y caridad cristiana, y precisamente este celo fue la causa de su muerte pues a resultar a atender a un soldado aquejado de la enfermedad del tabardillo, puso tal empeño en la curación del soldado, que este sanó, pero él fue contagiado y a los pocos meses murió en su celda, de la calle del Horno de Villafranca.
Una vez expuestas las tres grandes fundaciones del primer colegio de niñas en Aldea del Río en 1704, el padre Luis fue trasladado a Villafranca de Córdoba, el año 1712, donde también realizó un fecundo y admirable apostolado, dando todos sus bienes y fundando en el año 1717, el segundo colegio de niñas de la provincia de Córdoba, falleciendo en el año 1721, a la temprana edad de cincuenta y cinco años.
La semilla que dejó comenzó a germinar con las fundaciones provinciales de Aguilar de la Frontera (1731), Espejo (1758), El Carpio (1760), Baena (1764) y Montoro (1775).
Traspasaron los límites provinciales con la casa de Marchena (Sevilla) en 1779 y prosiguieron las fundaciones provinciales en Castro del Río (1786), P. De Córdoba (1787), Bujalance (1793) y finalmente La Rambla en 1818.
En 1919 se unieron la fundación del padre Luis Pérez Ponce, es decir la Congregación de la Beatísima Virgen María, con la fundación del padre Cosme Muñoz, que se desarrollaba en Córdoba capital y se había plasmado en el Colegio de la Piedad, naciendo de esa fundación, la actual Congregación de la R.R. Hijas del Patrocinio e María.
Hoy en día dicha congregación, ha traspasado el marco geográfico no solo provincial, regional o nacional, sino que se ha proyectado internacionalmente a otros países, tales como Bélgica, Colombia, Venezuela, etc., pudiéndose decir que aquella humilde empresa y semilla villarrense del padre Luis, ha germinado en todo el mundo.
La casa General se encuentra en Madrid, y su actual Superiora General, la madre Maria Dolores Torres Delgado, dirige la nave con el mismo carisma que les imprimieron el padre Luis y el padre Cosme, es decir con un gran espíritu de servicio, procurando el bien, la promoción y la educación cristiana de las niñas y jóvenes de las familias más sencillas.
Ya en 1712, cuando trasladaron al padre Luis a Villafranca, los villarenses debieron sentir su ausencia, pero la noticia luctuosa de su muerte el 18 de Abril de 1721 en su pueblo natal, debió conmocionar a la mayoría de los feligreses de Aldea del Río.
La huella y el recuerdo que debió dejar entre los villarenses después de toda una vida de ejemplar entrega a los pobres y necesitados, y llena de sentido, debió ser enorme.
Solo los siglos intentan borrar los hechos y las obras, pero cuando estos alcanzan la grandeza y la santidad como la del padre Luis, estas son imborrables y renacen como el ave fénix de sus propias cenizas.
Prueba del cariño, que a su vez, él sentía por los villarenses, lo demuestran sus últimas voluntades expresadas en el testamento:
"Es mi voluntad morir pobre a imitación de mi Señor Jesucristo, y así mismo en un amor muy grande a mis feligreses".
"Asimismo es mi voluntad que luego que yo fallezca, de aviso de mi muerte, uno de mis albaceas al señor vicario de Aldea del Río, para que noticie a los vecinos de ella de mi muerte, y les encargue que me recomienden a Dios por lo mucho que le he amado, y se remitan seis fanegas de trigo para que se repartan en pan amasado a los pobres de solemnidad vecinos de ella".
"Pido de todo corazón a todos los vecinos de Aldea del Río y de Villafranca, me perdonen lo mal que les he servido, y si en algo les hubiese molestado, declaro delante del Señor, ha sido por mi entrañable deseo de su salvación".
Para mí, como villarrense, ha sido verdaderamente revelador, descubrir como la providencia premió durante diecisiete años (1695-1712) a nuestros antepasados y por tanto a Villa del Río, con la presencia de un hombre excepcional de la categoría y santidad del venerable Padre Luis Pérez Ponce.
Por todo ello, sugiero desde aquí, a las autoridades municipales, la idea de dedicarle una calle o plaza, a tan relevante sacerdote, que recuerda a los villarenses las virtudes y las obras tan extraordinarias que realizó el padre Luis, en nuestro pueblo y de igual forma que hicieron los capitulares de Villafranca explique en una lápida el motivo:
"Por la obligación que esta Villa y sus vecinos debemos tener al venerable Padre Luis Pérez Ponce, fundador de la ermita de Ntro. Padre Jesús Nazareno, del Hospicio y del Hospital de igual nombre, así como del colegio público de niñas educadas, que se experimenta de la doctrina y enseñanza a todas las niñas del pueblo, no sólo en la obra de manos, sino enseñándoles las doctrina, a leer y escribir sin interés alguno". (Aldea del Río 1696-1712)
Finalmente quiero desde aquí, agradecer a mi amigo D. Luis Segado Gómez, Cronista Oficial de Villafranca, así como a la Madre Sor Concepción Osuna Ramírez, Superiora del Colegio de Jesús, María y José de Villafranca, por su incondicional ayuda y por todas las facilidades y documentos que me han proporcionado.
BIBLIOGRAFÍA:
- Vida del Venerable padre Don Luis Pérez Ponce (P.M.D. Jerónimo Vilches, Córdoba , año 1741)
- Villafranca de Córdoba. Un señorío andaluz durante la edad moderna (1549-1808). (Juan Aranda Doncel y Luis Segado Gómez, Córdoba, año 1992)
- Biografía de los Padres Cosme Muñoz y Luis Pérez Ponce. (RR. Hijas del Patrocinio de María, Madrid, año 1986)
- Documentos Fundacionales RR. Hijas del Patrocinio de María, Madrid año 1989
- Coreografía Histórico. Estadística de la provincia y Obispado de Córdoba. (Luis, María Ramírez y de las Casas-Deza; Córdoba año 1840)
- Inventario Monumental y Artístico de la Provincia de Córdoba. (Rafael Ramírez Arellano. Córdoba año 1904)
- Revista de Feria de Villafranca de Córdoba. (Coordinador: Luis Segado Gómez. Excmo. Ayuntamiento de Villafranca. Villa del Río (Córdoba) año 1993)
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Carta remitida a esta web de la Congregación Hijas del Patrocinio de María.
HIJAS DEL PATROCINIO DE MARIA.
Congregación religiosa de derecho pontificio, de fundación cordobesa, surgida en 1919, por el entonces obispo don Ramón Guillamet y Comá, de la fusión de dos ramas existentes desde los s. XVII y XVIII con finalidad similar: la educación de la niñez y la juventud, con preferencia los más necesitados, por los sacerdotes Cosme Muñoz, la de] s. XVII, y Luis Pérez Ponce, la de¡ s. XVIII, insignes ambos por su pedagogía y espíritu apostólico.
La Congregación cuenta actualmente con 17 casas: 13 en España, 1 en Bélgica y 3 en Venezuela, dos de ellas en colegios de primaria, secundaria y educación preartesanal y una de educación especial. Las 13 de España abarcan todos los niveles educativos, desde parvulario hasta COU pasando por EGB, enseñanza profesional, obras sociales, escuelas-hogar y educación especial.