ARTES PLÁSTICAS: Ángel Cabrera

Ángel Cabrera nace en Villa del Río (Córdoba), estudia en la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba, pasa por la Escuela de Cerámica de Madrid y en 1959 ingresa en la Escuela Superior de Bellas Artes de Sevilla. Allí permanece hasta finalizar si licenciatura.

Como ilustrador, colabora con editoriales de España, Alemania y México.

Participa con su labor artística en numerosas series televisivas de dibujos animados, españolas, americanas y dos largometrajes para México.

EL PODER DE LA REALIDAD

(Camino R. Sayago)
Fuente: Revista de Feria de 1993

Para Ángel Cabrera, la realidad sigue constando. Es su pintura el resultado de una observación escudriñadora de la realidad, de ella surgen los modelos de su temática.

Su figuración parte directamente del natural; sus composiciones, aun siendo sobrias, en la tradición de la pintura realista española, tienen un encanto especial, producto de la dedicación del pintor por captar la belleza de los objetos cotidianos, a veces olvidados por el recuerdo. Su enfrentamiento con el objeto le instiga a modelar con color las formas; disipadas cajas de costura de brillantes hilos, las gafas de la abuela, una plancha o un flexo, se vuelven perdurables. El sonido del cristal se materializa en vajillas de poliédricas transparencias, en las telas se puede seguir la linea de la arruga, en el laborioso encaje se advierte la minuciosidad dibujística que le aproxima al hiperrealismo.

Los objetos adquieren una categoría especial en su pintura; sumergidos en un ambiente poético, evocan un fragmento del presente, que se consolida a través de la luz y su peculiar gama cromática de grises y plateados que junto con el blanco, el azul y el amarillo conforman su estricta paleta.

Su realismo ofrece una versión renovada, así lo asegura su recreación de los objetos en atmósfera cromáticas, en donde la luz alcanza reflejos y matices muy personales.

El pintor se ha interesado en la verosimilitud de los detalles, perfeccionando las calidades, tratando las superficies cuidadosamente, de forma que provoquen en la sensibilidad del espectador la idea de la materia que representa la obra. De ello dan pruebas bolsas de pan, delicados cestos con frutas, soperas de blanca loza o amarillos y aromáticos membrillos de jugosa y rugosa carne.

Pero ante todo, Cabrera elabora su pintura con un dibujo muy preciso que le permite representar los objetos con fidedigna perspectiva, No es la suya un interpretación de la realidad que se detenga únicamente en la reproducción mimética, sino que introduce ciertos tonos de su subjetividad , que dan realce lírico a la obra.

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