FIESTAS Y COSTUMBRES: El habla.

Camino y frontera.

El curso de Guadalquivir tiene una decisiva influencia en la actual configuración lingüística de casi toda Andalucía, pues el primer gran impulso reconquistador de Fernando III el Santo se produjo descendiendo por el, desde la provincia de Jaén hasta Sevilla.

La vecindad del Guadalquivir es, por consiguiente, el elemento más decisivo para la determinación de los caracteres lingüísticos de Villa del Río, pero no el único: junto a el se encuentra también la situación en el vértice oriental de la provincia, justo en el lugar en que confluyen en una serie de límites lingüísticos que recorre en Andalucía de Norte a Sur y separan el andaluz oriental de la occidental, razón por la que esta localidad participa a algo de ambos. De estos límites lingüísticos, el más importante es el que marca la transición entre Andalucía que mantiene dilaciones antevocálicas y aquella que, o las ha eliminado, como sucede en el caso de las procedentes de F-inicial latina, o no ha llegado a tenerlas nunca, en el caso de la velar y fricativa sorda castellana (grafía j o g ante e i). En este último, además, la transición no es brusca, sino que los pueblos fronterizos de Córdoba, como es el caso de Villa del Río, suelen presentar un sonido y intermedio entre la fricación velar vibrante, característica de Jaén, y la espiración occidental.

Los orígenes de esta frontera lingüística no están claros. Quizás haya que buscarlos en el mayor peso de la repoblación castellana en Jaén, motivada por la influencia de la orden de Santiago o por intervención de su reconquista del arzobispado de Toledo, o por ambas cosas conjuntamente, frente a la mayor aportación leonesa en la zona occidental, de reconquista más tardía.
RMV