FIETAS Y COSTUMBRES: Semana Santa

La semana mayor se abre en Villa del Rió el Domingo de Ramos con la procesión de la Borriquita, que sale de la Parroquia de la Inmaculada y es llevada por Costaleras de la popular Hermandad de la Paz y Esperanza, tras la bendición de las palmas.

El Jueves Santo, a la atardecer, salen las procesiones de la Oración del Huerto (Imagen moderna de Manuel Bonillo), la Santa Cruz, el Santísimo Cristo de la Humildad, San Juan Evangelista y nuestra Señora y Madre de la Paz y Esperanza (imagen moderna de M.A.González). Remontan su origen la Santa Cruz al siglo XIX, en que, según Carlos Chevalier, participaban en ella los Blanquillos, penitentes llamados así porque vestían de blanco y portaban una cruz a cuestas; y sobre el cubrerostro llevaban una peluca hecha con fibra de pita y ceñida por una corona de mimbre trenzado, que simbolizaba las espinas.

El Viernes a las cinco de la mañana sale de la iglesia de su nombre la procesión de Jesús Nazareno, paso que, a la alba, se le une los de María Magdalena, San Juan Evangelista y Nuestra Señora de la Soledad (magistral imagen de Martínez Cerrillo), que salen de la parroquia. El momento culminante de esta procesión es el Sermón del Paso, en la plaza de la constitución, pronunciado por el sacerdote desde el balcón del Ayuntamiento y escenificado simultáneamente por las imágenes, que representan los distintos episodios del Vía Crucis. Antes del Sermón se escucha La Sentencia, pregón a dos voces, de tradición oral, que fue grabado, antes de morir, a sus últimos intérpretes, Antonio Caro Cerezo y Juan García Serrano que es le sigue: " Yo, Poncio Pilatos, presidente del imperio de Galilea,/regente del emperador romano, dentro de mi palacio/juro, en sentencia de denuncia, condeno de muerte a Jesús/llamado por la plebe Nazareno...", comienza diciendo. En los últimos años, tras el Sermón del Paso tiene lugar un pequeño recital de saeta en el que suelen intervenir aficionados locales como Pepi Mantas, Antonio Montiel, Francisco Tabares, Antonio Córdoba y su hija María y Juan Calero.

Por la tarde desfila la Procesión del Santo Entierro, cofradía antaño vinculada al gremio de los boteros, que tras cantar el miserere en los oficios acompañaban a Cristo Muerto. Participa también de la procesión el Cristo de Estudiantes, María Santísima de las Angustias, María Magdalena, San Juan evangelista y nuestra Señora de la Soledad.

Cierra la Semana Santa villarense la Procesión del Resucitado que hace su encuentro con Nuestra Señora de la Soledad, instante en que se le despoja de su manto negro, bajo el que aparece otro blanco. El momento es subrayado por toque de cornetas, tremolar de banderas, balanceó de pasos y lluvia de pétalos. Esta última tradición es muy antigua y ha llegado a catalogarse de interés turístico nacional.